Me buscas a la noche, amante y carcelero, que me amas y me atas y me dominas, que me envuelves en tu luna y me posees, que me marcas la piel con tu aroma... con tus besos calientes como el aire que acaricia mi cuerpo sometido, desnudo, arrodillado, entregado a tus manos invisibles...

La noche me encadena y me amordaza, me esposa las muñecas y tobillos, se adueña de mi y de mi älmä,
me ordenas que libere mis sentidos,
que vibre de pasión y de deseo, que tema tu dominio y el poder de tus labios sobre mi piel desnuda y excitada.

Se erizara mi piel al roce de tus dedos que alunizan en las lunas de mi cuerpo, que recorren mi caliente orografía, las redondas colinas de mis pechos, el conquistado cráter de mi ombligo, la isla volcánica de mi sexo húmedo y ardiente......

La noche me azota y me castiga, enreda en mi cintura el látigo hiriente de la SOLEDAD, golpea mi espalda y mis senos con el cuero trenzado del SILENCIO, mis nalgas con la fusta implacable de la NOSTALGIA.

Y me quitas la mordaza para que gima, para que grite del dolor que me provoca esa ausencia de Tus manos y mi boca y quedo, al fin, dispuesta únicamente para el goce, para ser poseída por la noche, amante y carcelero, que penetra en mi con lujuria, hasta hacerme delirar por el placer que se desatan mis deseos liberados...

Me entrego a la noche... Pero tú sabes, mi Duende, que en verdad es a tí a quien me entrego... Porque tu estas en la luna de esta noche, para amarme, para atarme y poseerme, para marcar mi piel con tu piel...

älmä.