Vivir en el deseo...
Hagamos del deseo...
Cuando llega la noche... las hadas buscan complemento,
buscan piel que acariciar y besar labios dulces... cada noche,
las hadas se fusionan en un abrazo urgente y calido,
el recorrido de las pieles es delicioso,
haciendo que las horas se hagan eternas...
una es Dominante, la otra sumisa... ambas femeninas se dejan llevar...
Cada caricia y cada beso puede ser coronado con una mirada perdida
y los sollozos suaves del placer desatado...
Se desean como uno desea el aire y los espacios abiertos...
se desean y hacen el amor con lujuria. se exploran... se conocen...
saben donde tocar... saben donde lograr el maximo estremecimiento...
La Danza nocturna de las hadas, se acaba con las primeras luces del alba...
Esclava mía, témeme. Ámame. Esclava mía!
Soy contigo el ocaso más vasto de mi cielo,
y en él despunta mi alma como una estrella fría.
Cuando de ti se alejan vuelven a mí mis pasos.
Mi propio latigazo cae sobre mi vida.
Eres lo que está dentro de mí y está lejano.
Huyendo como un coro de nieblas perseguidas.
Junto a mí, pero dónde? Lejos, lo que está lejos.
Y lo que estando lejos bajo mis pies camina.
El eco de la voz más allá del silencio.
Y lo que en mi alma crece como el musgo en las ruinas.
Pablo Neruda, 1923 |
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