-¡ Toc, toc!
La familia no entendía quién podía estar a la intemperie en semejante noche de tormenta y fueron a abrir la puerta.
-¿ Quién es? - preguntó el padre del príncipe.
- Soy yo - contestó una voz débil y cansada. - Me he perdido en la oscuridad y no sé regresar a donde estaba.
Le abrieron la puerta y se encontraron con una hermosa joven:
- Pero ¡Dios mío! ¡Qué aspecto tienes!
La lluvia chorreaba por sus ropas y cabellos. El agua salía de sus zapatos como si de una fuente se tratase. Tenía frío y tiritaba.
En el castillo le dieron ropa seca y la invitaron a cenar. Poco a poco entró en calor al lado de la chimenea.
El príncipe le puso ojitos, y la reina quiso saber si podía ser una princesa..
"Ya sé lo que haré - pensó -. Colocaré un guisante debajo de los muchos edredones y colchones que hay en la cama para ver si lo nota. Si no se da cuenta no será una verdadera princesa.''
Al llegar la noche, la reina colocó un guisante bajo los colchones y después se fue a dormir.
A la mañana siguiente, el príncipe preguntó:
-¿Qué tal has dormido, jovencita..?
- ¡Oh! Terriblemente mal - contestó -. No he dormido en toda la noche. yo siempre duermo en colchón de bisco-latex Ay, ay..Tengo el cuerpo lleno de cardenales. ¡Ha sido horrible!
Cásate conmigo... ¡Sólo una verdadera princesa podía ser tan sensible!
A lo que la princesa respondió... pero tu ya haces deporte piltrafilla? tienes empresas.. anda, anda tira....!!! :-P
Y entonces la princesa se casó con Urdangarin porque estaba segura de que a su lado nunca le faltaría un buen colchón de dinero... !!!
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Hans Christian Andersen (adaptación libre, Alma.)